Extracto del texto "un rincón de osario" de Isaías Griñolo para el catálogo-publicación "La réplica infiel"

 

 

Inicio esta conversación el 3 de septiembre. Ese día, en menos de un segundo, una imagen recorrió el mundo y removió la conciencia de todos los tertulianos y también de todos los mandatarios. La imagen provocó que los Presidentes de la UE entristecieran a la vez, y, aunque parecía que todos estaban muy compungidos, para ellos era solo una fantasmagoría más que terminaría en el osario. Así pues, antes de seguir, debo decir que mi palabra estará viciada por esa tristeza ajena. Irremediablemente, y muy a mi pesar, iré, casi con toda seguridad, por el camino que llevó a Antonio Machado (al poeta) a acompañar a su madre hasta Colliure. Madre e hijo cogidos de la mano hasta llegar allí.

 

- Llegaremos pronto a la UE.

- Si madre si, muy pronto estaremos en la puerta de la fortaleza de los sin nombre.

 

Es como si el aire frio del invierno helara el final de este verano del 2015. Como si, con la luz de septiembre, el viento se llevará toda nuestra Europa por los aires. Sabemos que los Presidentes se quedaran trabajando para que, cuando empiece el otoño, el continente vuelva a estar en su sitio. Ahí, donde el aire huele a aroma de bronceador de tristeza de Jefes de Estado. Ellos y nosotros somos Europa. Es más, no existe ese "ellos", solo ese "nosotros" que con nuestros votos acaricia sus sonrisas y alimenta su máquina de dolor. Somos ellos, y cuando los votamos nos hacemos sus cómplices, ya de nada vale poner, para cubrir nuestra vergüenza, esa imagen en el Facebook. Ya no es necesario maldecir el nombre del Presidente en las barras de los bares donde cada mañana desayunamos o donde cada noche nos emborrachamos. Somos ellos.

 

Así es como, de repente, sobre este ordenador, cayó un muerto más encima de los otros miles de muertos que la UE deja en su no hacer, una quietud que dura años y que continuará a pesar de la tristeza de nuestros Presidentes. Ese pequeño muerto parece que va a ser la gota que colme el vaso de vino tinto europeo. Rojo sangre de los otros. Sabemos que ese vaso no tiene fondo, y que en él cabe todo el vino tinto del mundo, que mientras gota a gota cae, va agriando la luz. Levantemos las sepulturas.

Osario (I)

 

El arte "se manifiesta en las querellas iconoclastas que van desde los de origen estrictamente religioso hasta la sucesión de la vanguardias". Dos ejemplos, el primero es una saeta al estilo Marchena que deberían oír si van a seguir leyendo (aquí):

 

Las campanas redoblaron

redoblaron las campanas

las campanas redoblaron

las sepulturas se abrieron

se abrieron las sepulturas

las sepulturas se abrieron

los muertos resucitaron

resucitaron los muertos.

 

José Sánchez y Niño de Elche, Más allá

 

 

En vista de la cantidad de vanguardias vividas y soportadas, ejércitos que hoy son sólo ya retaguardias, el segundo de los ejemplos es una pregunte que el poeta Antonio Orihuela me hace como poema:

 

Enseñanza primaria

 

Todo lo que se levanta como Historia

lo hace sobre montones de cadáveres,

y se levanta como Historia

para dejar de ver los cadáveres.

 

 

Antes de ponerte a escribir, consulta primero

qué quieren de ti,

qué quieren que hagas con sus cadáveres.

 

 

La poeta Ana Pérez Cañamares (con la ayuda de Roberto Juaroz) nombra ese rincón con la palabra vacío:

 

Vivo la vida

que quiere vivir

mi miedo al vacío

y sin embargo,

os lo juro:

en el centro del vacío

había una fiesta.

 

 

Creo que la fiesta no parará nunca: Vacío.

 

 

Escrito en el Cortijo Daimuz de Federico García Lorca en La Asquerosa (Valderrubio, Granada),

con el asesoramiento de su fantasma, entre el 3 y 6 de septiembre de 2015