El eco de esas voces que no cesan
Texto de Isaías Griñolo para el catálogo-publicación
Un proyecto abierto que me temo no terminaré tan pronto como quisiera. Para hablar de cómo empecé a trabajar en él, debo rescatar una sentencia que aún resuena en mi memoria, algo que un día de septiembre de 1996, el por entonces Ministro de Interior, Jaime Mayor Oreja, lanzó a la cara de los Diputados y por ende, a la de todos los ciudadanos, sus palabras fueron: "teníamos un problema y lo hemos solucionado". Hace ya diez años de aquella lapidaria frase y, si podemos resumir lo ocurrido desde entonces hasta hoy, sólo podríamos hacerlo diciendo que la situación ha ido a peor.
Desde hace mucho tiempo las costas de El Estrecho, y ahora también las de Canarias se llenan de cadáveres. Aquí, dentro de nuestras fronteras las cosas no han cambiado mucho que digamos, las pintadas y los carteles xenófobos forman parte de muchos de nuestros paisajes urbanos, también los enfrentamientos. No tengo que ir muy lejos de donde vivo para llegar hasta Las puertas del paraíso o acercarme hasta El corazón de las tinieblas. A poco que viaje descubro más de lo mismo.
El proceso de trabajo me ha llevado a "merodear" por mis paisajes más cercanos, sólo de ellos soy capaz de recoger algo que me puede servir para reflejar lo que me rodea.
Merodear: ojear y recortar noticias cercanas de la prensa provincial; visitar y fotografiar campos que en mi niñez fueron luminosos bosques de pinos, y que hoy son oscuras arboledas perdidas, donde los derechos humanos de aquellos que dormían en chabolas de plástico son pisoteados por personas que conozco; ver y grabar como los subsaharianos que mal dormían en esos bosques, se dirigen orgullosos hacia Sevilla para encerrarse en la Universidad Pablo de Olavide, donde gente que conozco se la juega ayudándoles a ser visibles ante quienes los ignoran (en esos días, en Sevilla, se estaba celebrando una nueva Cumbre Globalizadora de países ricos).
Todas estas formas de visibilizarse –algo fundamental en todo este asunto–, me permite recoger materiales –restos– de diversa naturaleza, con ellos construyo una pequeña historia (que no pretende ser lineal, en este asunto no hay un único hilo conductor que muestre lo que está ocurriendo delante de nuestras narices). Todos somos actores, todos podemos contar nuestros microrelatos, de forma que cada cual saque sus propias conclusiones para saber de qué va todo esto. A mi modo de ver, la pregunta más importante es:
¿qué intereses ocultos permiten que la situación empeore?
A poco que observo, siempre llego a la misma conclusión: el carácter militarista de nuestro mundo hace que el rumbo de la nave sea el que es. Mientras sigamos por esta senda, es imposible que la cosa cambie. Ese carácter "militar" se ha infiltrado en todas las parcelas de nuestra sociedad, no es de extrañar que la situación empeore, poco a poco se va diluyendo la posibilidad de una verdadera justicia social.
Por estas razones, decidí convertir mi trabajo en un pozo de memoria del tiempo que me ha tocado vivir, escuchando los ecos de esas voces que conozco, para, a partir de ellas, hablar. Mientras deambulaba he escuchado mucho a Diego del Gastor, el título del proyecto hace referencia a un disco–libro recientemente editado sobre él, para los que no lo conozcan hay que decir que fue uno de los mayores guitarristas flamencos(1908/1973), su vida está plagada de "desatinos", uno de ellos fue negarse a tocar y grabar para los poderosos. Algunos lo tacharán de loco, otros dirán que sólo con personas como él se puede cambiar el mundo, hombres y mujeres que estén dispuestos a decir NO ante quien sea, sólo con ellos se hará posible esa auténtica revolución social que permita cambiar el rumbo y acabar con las desigualdades. Mientras sonaba la guitarra de Diego del Gastor, venía a mí cabeza el poema Doscientos negros de David Pielfort, esa joya flamenca que sólo alguien como David puede escribir y recitar.
El proyecto recoge materiales muy diversos: fotocopias, grabaciones de audio, grabaciones de vídeo, documentación de prensa, textos y charlas poéticas, poemas, recuerdos y anotaciones, folletos encontrados, libros, revistas, datos económicos sobre actividades militares, datos y artículos sobre ecología política, etc. En fin, todo aquello que me haga a mí, y le haga ver a los demás cuál es el eco de esas voces que no cesan.
Lo escuchas.
Badajoz, 18 de mayo de 2006
Texto de José Luis Pérez Pons a partir de una entrevista a Isaías Griñolo
"No me interesa un arte limpio o libre de compromiso, no podría pasar por este mundo sin dar mi punto de vista sobre temas que afectan a las personas que quiero y conozco, y a mí mismo".
Potser, aquesta és la raó per la qual des del començament d'aquest nou segle centra la seua atenció sobre l'entorn on viu, el triangle Huelva, Sevilla i Badajoz, des d'on construeix tres nuclis de treball, tots tres relacionats amb la terra i els seus veïns.
El primer, Las fatigas de la muerte (La lógica cultural del capitalismo químico), és una col·lecció de materials molt diversos generats i recopilats en relació amb els efectes socials, econòmics, culturals i ambientals produïts per la indústria química a Huelva (aquest treball s’ha recollit en un llibre homònim, que de moment dorm plàcidament als soterranis de la institució que en va pagar la producció, la Caja San Fernando de Sevilla).
El segon nucli de treball, El eco de esas voces que no cesa, gira al voltant de la mà d’obra immigrant necessària i imprescindible per a tirar endavant l’agricultura intensiva de la maduixa. És un projecte obert i en construcció contínua que té com a únic objectiu registrar les tensions socials generades a la comarca maduixera de Huelva.
El tercer cos de treball, Asuntos Internos. La Cultura como cortina de humo, és un híbrid entre investigació privada bunyolera i art quasi professional. Hi tenen cabuda tots els temes que generalment els artistes obliden quan es posen a treballar, que obliden quan no volen fer-se preguntes. Els tres projectes o nuclis de treball esmentats se solen barrejar entre si, sense cap tipus d’ordre ni concert, atenent només aspectes circumstancials que tenen a veure únicament amb la necessitat del moment. El treball presentat ací n’és una bona prova.
"El eco de esas voces que no cesan" en la exposición "Geografías del desorden"
Vicerretorat de Cultura de Universitat de Valencia, Valencia (2006)
"El eco de esas voces que no cesan" fue presentado por primera vez en la exposición "Geografías del desorden" en el Vicerretorat de Cultura de Universitat de Valencia, en el año 2006. Posteriormente, dicha muestra itineró exhibiéndose en el Centro de Arte Juan Ismael de Fuerteventura, en el mismo año, y en el Centro de Historia de Zaragoza, en el año 2007. Todas ellas comisariadas por José Luis Pérez Pons.
© 2006 Isaías Griñolo